A Olivia Del Rio le gusta trabajar de guardia, porque puede hacer lo que quiera con los presos. David está sentado en la silla eléctrica cuando la ama lo despierta y le hace una mamada desaliñada antes de que ella se abra de piernas y deje que se la folle. Su cuerpo es menudito, como a él le gusta, así que la agarra por las caderas y la hace rebotar sobre su dura polla.