Gia Paloma y una amiga se dirigen juntas a un club, y nada más entrar se encuentran con la estatua fálica más grande que ninguna de las dos haya visto jamás. No pueden contenerse, se arrancan la lencería y se frotan las tetas contra ella en un polvo de tetas. Estas putas lo tratan como un juguete, montándoselo y gritando mientras les estira el coño más de lo que jamás han experimentado.