Un clásico del pasado... ¡Cuando las mujeres tenían arbustos de verdad y los hombres pollas del tamaño de pepinos! De los días de antaño, cuando empezó el porno y las amas de casa que buscaban emociones fuertes acudían en masa al Valle para salir en las películas. Estos pocos elegidos fueron los primeros verdaderos aficionados "sin necesidad de experiencia".