A Arwen Gold le encanta el sabor del semen viejo. Los universitarios de fraternidad pueden saber a lejía, pero dale un vejestorio que haya tenido tiempo de envejecer y se convertirá en un dulce elixir del que no podrá saciarse. Mira cómo se agacha y se agarra a la almohada mientras este viejo le folla el coño, corriéndose en su cara y en sus gafas cuando sopla.