Kelsi Monroe calmó su sensible coño con unas sales de baño, ¡pero la implacable paliza de Mike Hunt seguía siendo demasiado para ella! Kelsi pensaba que podía aguantar cualquier cosa, pero esta noche ha descubierto que tiene un límite de tamaño antes de ponerse dolorida. A Kelsi le encantó cada minuto de la enorme polla golpeando su coño afeitado, ¡y está deseando que le den más!