Nyomi Zen estaba casada con un tipo que solía follársela con las luces apagadas. Él siempre pensó que era un ángel. Luego se divorció y se casó con un tipo que sabía lo puta que era. Ahora pasa los fines de semana abierta de piernas en el jardín delantero con un cartel que dice: "Dejaré que me folles por un dólar". La humillación es su especialidad.