Tanya quiso ser tenista profesional en un momento dado, pero ahora se está dando cuenta de que esos años en los que debería haber estado practicando, pero en vez de eso estaba de fiesta, le han costado demasiado de su juego. En lugar de conseguir contratos millonarios de zapatillas por acuerdos de patrocinio, ¡le van a pedir que folle en una furgoneta para ganarse la vida!