Christie Lee estaba dispuesta a pasar un día tranquilo en casa viendo telenovelas cuando llamaron a la puerta. Pronto se encontró con los labios envueltos en una polla dura y el coño húmedo de semen esperando a que se la follaran. El coño de Christie no estaba lo bastante apretado como para exprimir la carga de Steve Holmes, así que no tuvo más remedio que meterle la polla hasta el fondo de su virginal culo.