Algunas personas piensan que los inmigrantes no hacen sexo anal. Nada más lejos de la realidad. Estas bellezas centroamericanas están tan acostumbradas a que la vida les dé por el culo, que meterles la polla en el culo ni siquiera es un insulto a su honor destrozado. Adelante, ¡fóllales los culos tan fuerte como puedas!