Parece una locura que una chica trabajadora como Nadia Hilton se gastara más dinero en su picardías que lo que ganó por hacer esta película, pero es cierto. Ese conjunto le costó el doble de lo que le pagaron por quitárselo mientras Sascha la taladraba. Lo gracioso es ver cómo se asegura de que él no ensucie su ropa nueva cuando descarga y ella lo atrapa todo con la cara.