Tu propia máquina del tiempo te lleva a los años 80, cuando los estampados de cebra estaban de moda y las mujeres estaban más buenas. Golpea su culo contra la pared mientras el ritmo de tu canción favorita de Quiet Riot retumba en el fondo de tu mente. Concéntrate cuando llegue el momento de correrte, ¡porque no querrás perderte su preciosa cara!