Gwen Summers, virgen amish hambrienta de sexo, encuentra una cámara de vídeo con algo de porno y se lo enseña a sus amigos. Joel la reproduce y la pareja se pone lo suficientemente cachonda como para hacer estallar la cereza de Gwen en el sótano. Gwen es bastante convincente como novata inocente y hace un gran trabajo metiéndose la enorme polla en la boca.