Ha llegado la hora de una bollera en serio, teníamos al elenco perfecto de catfighters entre bastidores esperando la oportunidad de montárselo. Dayton Rains, Faith Adams y Sunrise Adams se lo montan de verdad en esta escena de lamer y pegar. Es el final perfecto para el Club Kink y un gran cliffhanger para que Jill Kelly lo utilice en la secuela.