A Claire Robbins le quitan las medias y las bragas mientras Otto Bauer la inclina hacia atrás sobre el lavabo del baño y le clava su polla dura como una roca hasta el fondo del coño. Al darle la vuelta, le da una paliza anal mientras ella jadea y se mete los dedos en el clítoris, y luego cae de rodillas sobre el frío suelo de baldosas para recibir una salada corrida facial.