¡Atención! ¡! ¡Arrodíllate y hazme 20! Veinte mamadas, eso es. Esta es la llamada que el sargento hace a sus mujeres de servicio, que le ruegan que las complazca. Estos oficiales exigen obediencia y montan (en sentido figurado y literal) a las que no siguen las reglas. Sus coños rosas y cremosos gotean por la oportunidad de ser follados por grandes pollas negras.