Cuando sales a comer, pides el filete con patatas. No necesitas que un camarero elegante te cuente las especialidades. Estás allí para que te sirvan y para que te metan rápidamente una buena comida en la barriga. Tu obscenidad es igual. Nada de historias ni entrevistas aburridas... coge una servilleta que estas chicas se van a poner a trabajar enseguida.