Cuando un grupo de universitarios cachondos se reúne con un misterioso anciano que cuenta historias de fantasmas en el almacén, puede ocurrir cualquier cosa. Los espíritus sexuales de un pasado perdido hacen que se desate el infierno: mamadas espumosas, coños húmedos que se abren para engullir pollas palpitantes, tetas sudorosas que piden ser acariciadas y chupadas, y masas de semen que aterrizan en los labios separados.