Estas zorras han desobedecido a sus alquileres y han decidido que es hora de follar en serio. Ya no quieren ser vírgenes mimadas encerradas. Quieren liberarse y ser las superputillas que siempre han soñado ser. Una cosa es cierta: si siguen comportándose así, ¡seguro que consiguen la corrida que desean! Pero su comportamiento hedonista las llevará a la lista de las traviesas.