Cuando el anciano repartidor asiático llegue en bici a tu puerta para dejarte este lote de delicias orientales, asegúrate de darle una buena propina. Tiene 85 años y se gana la vida en bici, acaba de entregarte cinco escenas de la mejor obscenidad que has visto en mucho tiempo y, si no le cuidas, ¡te escupirá en la comida la próxima vez!