Algunas pornostars saben cómo destrozarlo todo, pero esta chica no. Tiene tanta clase como un bocado de coño en el asiento trasero de una limusina, y todas sus amigas también son pijas. No encontrarás a estas señoritas en la cuneta ni en un callejón, ya que suelen ir de compras a prestigiosos centros comerciales de todo el país en busca de parejas de tíos que se las follen por partida doble en películas calientes como Im A Classy Pornstar, llena de escenas de doble penetración y, por supuesto, ¡todas a pelo!